8 de febrero de 2012

Comencemos por el respeto

Sucede que durante el día vienen a mi mente pensamientos de todo tipo y siento que la mayoría de ellos necesita solución. A veces uno logra entenderse a sí mismo de una manera tan natural y sencilla que el monólogo se hace súper divertido.

Hoy en la ducha comencé a cuestionarme las razones por las que la incultura del criollismo se ha prendido de nuestra sociedad como una enfermedad cancerosa y terminal. Es simple, el peruano carece de valores, pero ¿por qué nos resulta tan tortuoso respetar los derechos de los demás y participar de una comunidad organizada y con reglas? En cambio, preferimos transgredir, atropellar y pisotear al que está en desventaja y obstinarnos en el individualismo.

De una pregunta pasé a otra y de esta a cinco más, y con todo eso llegué a una conclusión: hace falta cultivar una educación con valores que se origine en la casa y se complemente en el colegio. Sí claro, hasta aquí ninguna novedad en lo que digo, más es lo que parece un sermón político que una reflexión- restringiéndose ambos discursos a la pasiva retórica. La clave está en la necesidad de apoyo mediático para mantener tangible y perenne la nueva cultura popular que se quiere inocular.

Entonces, partiendo de la poca iniciativa política para crear campañas eficaces que logren una renovación de identidad y revaloración de la ética, ¿qué podemos hacer las personas como yo para ver un cambio en lo que nos queda de vida?
Ideas, ideas... Bueno, yo no sería el mejor ejemplo para condenar en estos tiempos porque le doy todo mi apoyo al corte de mano para los ladrones y la pena de muerte para los más perversos. Pero, aunque muchos estén a favor de estas medidas drásticas, los representantes de la Comisión de los Derechos Humanos no me dejarían actuar en paz.

Lo más inteligente, desde mi posición, sería pensar en alianzas estratégicas entre medios y comunicadores con perspectivas de responsabilidad social. Y como todo este tema de la falta de respeto y criterio me viene comiendo la cabeza desde hace mucho tiempo, pensé en crear una campaña en redes sociales llamada "Usemos el Cerebro" de la que pronto comentaré por acá. En fin, con esto quiero decir que ya no hace falta tener un espacio en prensa, en la radio o en la tele para poder llegar a las masas y así alcanzar trascendencia.

Está clarísimo que la agenda política se esmera en comentar sobre temas vinculados a la minería y el desarrollo económico, en general, a la corrupción y casos de nepotismo, y deja de lado la importancia de la cultivación de valores en la ciudadanía. Bajo estas circunstancias, pienso que el alcance viral a través de las redes sociales nos da la oportunidad a todos de compartir conocimiento que nos enriquezca como sociedad. La Internet aloja información tan valiosa y de diversa índole que es un pecado no aprovechar y distribuir estos conocimientos. Y de gran importancia también es el aporte de los grupos y foros que apoyan causas que, de alguna u otra forma, trabajan por la preservación de la ética, la moral y el respeto por la vida. Y cuando me refiero al respeto por la vida estoy incluyendo a los animales y el ecosistema. ¡Bingo! Un ciudadano consciente de su compromiso con el medio ambiente es un ciudadano con capacidad para discernir entre lo que está bien y lo que está mal, es alguien que sabe ejercer su libertad respetando los límites inherentes de esta facultad. Para lograr este rescate de valores es necesario comenzar concentrándose en generar consciencia respecto a las políticas urbanas y ambientales y la Internet es una plataforma complementaria muy útil para lograr este propósito. Y, bueno, divagué mucho más de lo que había planeado y no quiero aburrir con tanto floro introspectivo siendo este mi primer post.

Intentaré ser constante para escribir a través de Nia Pólvora. Sobre el anonimato en el que me resguardo solo diré que disfruto más estando ausente que sobreexpuesta. Estoy loca, como toda mujer, y deberán comprenderme si en vez de escribir decido gritar. No tolero la injusticia de ninguna manera y aprecio mucho a la gente que actúa con criterio y sensatez. Tengo muchas ganas de contarles sobre lo que mueve mi mundo y me inspira y también sobre lo que me produce dolor e impotencia. Amo a los animales de manera obsesiva y de igual manera me angustio por saber la verdad de todo. Y cuando me sienta agotada de vivir la vida compartiré una imagen o video que hable por mí. Hoy les dejo uno de Male Pichot, una de mis heroínas favoritas


PIROPOS from cualca! on Vimeo.